La ciencia ha demostrado que los nanotubos de oro tienen
numerosas aplicaciones en la lucha contra el cáncer: entre otras cosas, se
podrían utilizar en nanosondas internas para la obtención de imágenes de alta
resolución, como vehículos para la administración de fármacos y como agentes
para la destrucción de células cancerosas.
Ahora, un estudio publicado en la revista científica
Advanced Functional Materials describe, por primera vez, el éxito de un
tratamiento con nanotubos de oro en un modelo ratón con un cáncer humano.
Según la directora del estudio, la Dra. Sunjie Ye, de la
Facultad de Física y Astronomía y del Instituto Leeds de ciencias bioquímicas y
ciencias clínicas de la Universidad de Leeds: “Las elevadas tasas de
recurrencia de los tumores tras su extirpación quirúrgica siguen siendo un
enorme desafío en las terapias contra el cáncer. Para prevenir esto, a menudo
se administran quimioterapia o radioterapia después de la cirugía, pero estos
tratamientos tienen graves efectos secundarios”.
El éxito de la nueva investigación dirigida por la Dra.
Sunjie Ye, consiste en el desarrollo de una nueva técnica de síntesis de
nanotubos que permite controlar la longitud de los nanototubos fabricados.
Los investigadores observaron que la longitud de los
nanotubos influía en su capacidad para absorber la luz. Utilizando esta nueva
técnica de fabricación, los investigadores fueron capaces de producir nanotubos
de oro con las dimensiones adecuadas para absorber un tipo de luz llamado
“infrarrojo cercano”.
Si se aplica una luz de la frecuencia adecuada a los
nanotubos mientras circulan por el cuerpo, éstos absorben la luz y se
calientan. Utilizando un haz de luz láser pulsado, los investigadores lograron
incrementar rápidamente la temperatura de los nanotubos hasta conseguir una temperatura
lo suficientemente elevada como para destruir las células cancerosas.
Además, en estudios realizados con células, los
investigadores afirmaron ser capaces de modular la función de los nanotubos
ajustando el brillo del láser, para hacer que actúen como agentes para la
destrucción de células cancerosas o bien como agentes para la obtención de
imágenes de contraste.
Para ver los nanotubos de oro inyectados en el cuerpo de los
ratones por vía intravenosa, los investigadores utilizaron una nueva técnica de
imagen llamada “tomografía optoacústica multiespectral” (MSOT).
Con esta técnica, demostraron también que los nanotubos de
oro abandonan el cuerpo mediante excreción y, por lo tanto, es improbable que
puedan causar problemas en términos de toxicidad, algo fundamental para su uso
clínico.
En el futuro, se podrían desarrollar nanotubos con un núcleo
central hueco que se podría llenar con una carga útil terapéutica y dirigirlos
hacia los tumores. Esta combinación de direccionamiento y liberación localizada
de un agente terapéutico podría utilizarse, en esta era de la medicina
personalizada, para identificar y tratar el cáncer con una toxicidad mínima
para los pacientes.
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